Lo mejor de San Martín para mí es la variedad de platos que tienen, se puede ir con un grupo grande y hay opciones para todos gustos, sin embargo no hay ningún platillo que considere excepcional. Otro factor positivo es la estandarización, uno ya sabe a lo que va. Las meseras son profesionales aunque siempre pareciera que están demasiado ocupadas. La decoración y ambiente está bien.