La comida es muy buena y es super artesanal. Todos los ingredientes son frescos, hechos en casa y con excelente sason. El restaurante es pequeño y acogedor en un área poco común por lo que ofrece una experiencia distinta. El servicio es espectacular y muy bueno. Recomiendo ampliamente la pasta hecha en casa, la mejor que he probado en Guatemala y los postres simplemente deliciosos. Una experiencia italiana diferente muy recomendada.