Excelente ambiente en un espacio relajado de la urbe metropolitana... la comida es buena aunque no espectacular. De entrada probé unas coquetas de jamón serrano y una tortilla de patata española de excelente calidad y sabor casero muy especial; de plato fuerte Pollo en salsa de Almendras con ensalada de la casa de buen sabor aunque no sobresaliente, al igual que el Solomillo de cerdo agridulce con puré de papa. De los dos me quedo con el primero (Pollo en salsa de almendras). El postre espectacular... Pudín de leche condensada, aunque es mejor si este postre se comparte entre dos ya que puede resultar empalagoso. La comida la acompañe con Cerveza Xaman artesanal como aperitivo (“hay que probarla”) y vino tinto suramericano. En resumen es un lugar agradable para romper con el estrés de la ciudad.