El pasado 21 de Enero, mi experiencia en el Restaurante Majadas fue decepcionante y frustrante. Acudí con mis tres hijos y, aunque inicialmente el servicio y la comida parecían adecuados, la situación cambió drásticamente al final de nuestra visita. Después de comer, mis hijos se dirigieron al área de juegos y dejé mis pertenencias, incluyendo bebidas y una porción de comida de mi hija pequeña, en la mesa junto con un café recién servido que acababa de pedir. Alarmado por el llanto de un niño, que temí fuera mi hija de 4 años, me ausenté de la mesa por apenas dos minutos. Para mi sorpresa, al regresar, descubrí que habían retirado el café, las bebidas y la comida sin mi consentimiento, dejando mi mesa ocupada por otros comensales. Nadie del personal se acercó a informarme sobre lo ocurrido. Cuando finalmente apareció el mesero, solo ofreció una disculpa superficial y, para agravar la situación, insistió en que pagara por el café que ni siquiera tuve la oportunidad de consumir. Esta experiencia no solo fue inaceptable por la falta de consideración y profesionalismo del personal, sino que también arruinó por completo nuestra visita, generando una atmósfera de incomodidad y descontento. Espero que se tomen medidas para asegurar que tales incidentes no se repitan y que se considere una compensación adecuada por los inconvenientes causados