Este pequeño restaurante es uno de los descubrimientos del año para mi! El lugar es pequeño pero acogedor, los espacios están también calculados que al final ningún comensal al momento que yo estaba ahí se sentía incómodo. Note al llegar que estaba más que lleno y que la gente se sentaba a esperar mesa lo cual me lleno de mucha más curiosidad de la que llevaba. Al momento de ver la carta me sorprendí que tienen bastante variedad de platos desde lo más tradicional hasta cosas un poco más elaboradas y con precios muy aceptables, pues pedí y lo tradicional arroz chino, chao mein, pero lo que me mato y esta mas que recomendado fueron los camarones al ajillo y el char siu!!! Más que recomendado la atención es perfecta, los dueños del lugar están ahí siempre pendientes y dispuestos a explicar un poco como Surgió este concepto. Los postres en lo personal no me parecieron tan deliciosos como sus platos principales. En fin es un lugar al que definitivamente regresaré