Muy buen restaurante. El ambiente me gustó bastante, en especial en la parte de afuera de la pérgola. Podría ser romántico a la vez, aunque su concepto es más para grupos de amigos. El servicio un poco lento y habiendo varios meseros no llegan con facilidad. La comida se ve muy buena, el sabor delis, sin embargo pedimos ambos el mismo plato, a ambos nos gusta la comida picante y preguntamos al mesero si este plato picaba.... nos comentó solo un poco, perfecto dijimos. Pero no se pudo acabar porque llegó el punto donde el picante ganaba a la emoción y sabor del plato. Creo que debieran de usar mucho menos y advertir que pica muuucho, no un poco. La sangría debimos cambiarla porque el sabor del vino era escaso. La arreglaron en seguida.
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