Llegamos al restaurante ilusionados, con la idea de tener una experiencia agradable. Al ver el lugar, entrar y sentarnos, todo pintaba bien; El ambiente es muy bueno, la decoración del restaurante es muy elegante y moderno, la atención es muy buena también. Sin embargo, a la hora de servir la comida, la decepción llegó como entrada. La sopa de tortilla carecía de sazón y la textura era dudosa. El california roll tenía un posgusto desagradable que se asemeja mucho al sabor de cátsup cuando no debería de ser así. Por otro lado, la hamburguesa 2B que ordenamos, tenía un sabor tan sintético y una presentación sin originalidad que me bajo de la nube en la que el menú me había colocado al inicio. Para nuestra sorpresa al pedir la cuenta, como es costumbre, pedimos la factura como prueba de nuestro consumo. En cambio, nos dieron un pedazo de papel con los detalles de nuestra orden desglosados a mano como "comprobante". Se dice ser un restaurante bistro y lo único que tiene de bistro es posiblemente los precios accesibles. En cuánto a comida casera, que es lo que un bistro debería de tener, dejó mucho qué desear. Esperando que éste espacio de crítica sea bienvenida a modo de ayudar a construir y mejorar: estoy ansiosa de llegar de nuevo y tener la experiencia que promete su menú (un gran potencial).

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