La comida es super fresca, estaba rica y las porciones están bien igual que la variedad en sus platos. Creo que deberían tener bebidas naturales (solo había agua de coco, que por cierto estaba divina porque además viene en una presentación muy bella), de resto puro refresco y té de esos concentrados. El lugar me parece super X (NADA acogedor), sentía que estaba comiendo en la fuente de soda de “un club” y la atención me pareció bien deficiente. Además llegamos y esperamos casi una hora para poder sentarnos porque estaba full. Tienen un mercadito que me gustó bastante, donde pueden comprar todos los ingredientes que necesiten para hacer comidas (japonesas o no), en casa!
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