La pasta parisienne y el súper pasticho con extra lujurioso de pesto son la gloria infinita, una perfecta combinación de sabores. PD: los pancitos con los que raspas la salsa del plato son otro nivel. La atención que te brinda TODO su personal, así como la calidad que ofrecen, es como para no querer salir de allí nunca más (o querer regresar siempre, que es un poco lo mismo).