Santorini se ha convertido en un bodegón donde se puede pagar con divisa extranjera, pero siguen ofreciendo sus magníficos postres, razón por la cual mi esposa y yo seguimos regresando. El servicio de barra ha decaído mucho.Esos muchachos despachan con poca simpatía y mucha amargura, pero obviando esto, es un lugar donde uno termina satisfecho de lo elegido. Vale la pena visitarlo,