El lugar es como lo pintan, excelente comida, grandes porciones y hay que esperar un poco para sentarse, pues si se hace cola. La atención es buena, los camareros muy atentos y serviciales. La comida es exquisita, desde el 1er plato hasta el postre. Cuenta con una barra muy interesante llena de licores varios. Si quieres ir almorzar trata de llegar antes de las 12 pues ya a las 12:40 el lugar está al topé. Super recomendado la empanada gallega y las croquetas de mero. De postre un tres leche con coco que derrite a cualquier exigente paladar.