Lejos de ser lo que era hace 5 años. Pedí un risotto de queso de cabra y me llegó después de que mi mesa había terminado de comer. Tampoco estaba bien hecho: no tenía queso de cabra sino queso crema y era más como un arroz caldoso enchumbado de agua. El local estaba vacío por lo que no hay excusa y, ni la única mesonera ni el dueño que estaba presente, pudieron responder.