Una experiencia distinta, el lugar es bastante vintage, muebles y decoración bastante aleatorio, muy hippie/medio oriental; es completamente distinto a lo que uno está acostumbrado y eso lo hace único (en el buen sentido). El Plato Hindú es excelente (salvo por los vegetales en tiras que tiene, personalmente no son lo mío), de resto, el arroz con maní, la carne y el acompañante que tenía manzana son exageradamente buenos. La hamburguesa, por su parte, tiene buen sabor pero el pan no es el mejor, se desmorona con facilidad. Es un sitio perfecto para ir en pareja o en familia si se va pendiente de un rato diferente.