Las dos veces que he ido a este restaurante con su extraña fusión mexicana-peruana , en ninguna de las veces he quedado satisfecho, es costoso y las porciones son pequeñas, ceviche casi congelado platos mexicanos servidos en pobres proporciones y sabor, nada destacable, el ambiente tampoco me cuadra, tiene poca iluminación y es algo escondido, está bien para la gente que busca clandestinidad, la atención es estándar, solo puedo decir que hay muchísimas más y mejores opciones para estos tipos de comida en Caracas.
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