Es un café librería, es espacio muy pequeño pero muy acogedor, me encanta la decoración, la música es muy variada pero agradable. Puedes tomar los libros que allí disponen, aunque en su mayoría son de una pensamiento político muy marcado y no comparto ese tipo de literatura. El café y el chocolate son muy bueno, igual que la cerveza artesanal que ofrecen. Los postres son muy buenos y siempre varían en sus opciones. Son muy amables en la atención aunque un poco lentos a la hora se servir.