Es un restaurante amplio, fresco y abierto. Esta en la base del Avila y la frescura del ambiente es muy agradable. La comida muy buena, la punta trasera exquisita, al término que la pides, y muy jugosa, las proporciones muy buenas para dos personas. Lo recomiendo para ir con niños, tiene menú infantil que incluye postre y cuenta con una miniexposicion de aves exóticas: guacamayas, pericos u tucanes donde los niños se distraen