El personal es servicial, amable y simpático, varían los dulces y sus precios, en nuestro caso probamos la cheesecake de cricri y el tres leches con brownie (a pesar de ser costosos, valen la pena por su sabor y porción), el local es pequeño con un ambiente ameno para disfrutar de una hermosa tarde con tu pareja o amigos acompañado de un exquisito mocaccino, la decoración es muy linda y te hace sentir en otro país.