Esta Patana no es mi favorita, es digamos menos íntima que la de Altamira, muchas mesas (se ocupan temprano) que sobrepasan la capacidad de atención, de la cocina y cobro. Las pizzas son particulares, sin muchas pretensiones, también probé una cachapa y estaba decente. Los tragos emblemáticos, (con cocuy) se han venido a menos en sabor, tamaño y presentación, además es casi imposible tomar cerveza fría y/o que tengan stock hasta el final de la noche. El ambiente es lo más destacado. Enmarcado en el complejo del Teatro Teresa Carreño (TTC), con sus espacios, locales, servicios, ferias y festivales itinerantes y sus alrededores; que incluyen el Eje del Buen Vivir, los espacios del Alba Caracas y un local nocturno más en el mismo TTC, lo convierten en un "must go" para los bohemios nacionales y foráneos. La música es variada, casi siempre original y algunas veces bailable. Está bien para ir en grupo incluso en familia.
1 Me gusta