De las mejores pizzas que he tenido la dicha de comer, se han vuelto un vicio para mi hermano y para mí. Muy buenas y de porciones grandes desde que los conozco, aunque casi siempre la hemos tenido que pedir para llevar por lo pequeño y siempre llenos de gente que son sus locales (aunque la diversión de pedir una Mundial y que la caja no pase por la puerta, he de admitir que es genial) Recomendado con los ojos cerrados, no puedo esperar para regresar.