Una de las marcas de una buena pizzería es la calidad en las variedades menos populares, como la pizza bianca o vegetarianas. Y son realmente deliciosas. Idealmente se deberían degustar recién salidas del horno, pero igual saben bien con un par de minutos de recalentado. La masa es impecable; fina con bordes gruesos, tostada y sabrosa.