Fuimos en noviembre 2016, siento que la que atiende las reservaciones podría ser un poco más atenta o servicial. La comida nos dejó bastante decepcionados, algunos platos muy ricos, pero ninguno wao, entre plato y plato se tardaban mucho, lo cual hacía que cada vez tuviésemos más hambre, algunos platos que se suponían eran calientes llegaban fríos a la mesa, no sé si fuere porque éramos un grupo de 9 personas. La mesonera que describía los platos era muy poco natural y el postre estaba muy rico pero fue muy poquito y el colmo fue que la Sra que llevó la cuenta dijo el monto en voz alta, lo que nos pareció de mal gusto. No salimos muy satisfechos de la experiencia culinaria, sin embargo el lugar es hermoso y en general las pasamos muy bien.