El ambiente es relajado y tranquilo, con decoración entre casera europea y elegante pero sencilla. Tienen una carta limitada pero bien lograda, marca de los buenos restaurantes. Los detalles marcan la diferencia. Gran sabor sin descuidar la presentación. Recomiendo venir a horas relajadas porque la atención es excelente y complacen cualquier petición especial. El menú prix fixe de lunes a viernes es una opción práctica y con excelente relación calidad-precio.