Las mini donas son especialmente buenas, puedes pedir un variado de ellas y no te van a dejar mal, sea que las consumas tu mismo o las lleves a un evento o reunión, ya que son siempre frescas y bien hechas. Tienen varios sabores y no es negado su topping o el relleno. La cajera ni te contesta los buenos días, no provoca preguntarle por nada. No es un lugar agradable para estar un rato, aparte de unas mesitas q no te hacen tener una experiencia del otro mundo, mejor compra para llevar y disfrutar lejos de la mala vibra de la cajera a la que uno no se quiere acercar nuevamente a pedir otra bebida, etc., y debes comerlas el mismo día, para el siguiente ya no amanecen iguales. Me llama la atención que entre tanto dulce, se sienta tanta amargura de una persona. Estacionarse es un tema muy complicado y entre el Sr de la calle q se cree dueño de los puestos y el personal de el Pestana q se cree dueño de toda la calle y ponen ambos obstáculos o conos en todas partes, es toda una odisea poder bajarse, más de una vez sigo de largo para no tener enfrentamientos con ambos abusivos bandos. Ojalá existiera autoridad que a los del hotel los metan al hotel y al de la calle le prohíban apropiarse de los espacios públicos.