En un ambiente informal de montaña (que en realidad mejora las expectativas de comer rico y auténtico) se encuentra este sencillo local que ofrece a los caraqueños delicias tradicionales para un buen desayuno, como cachapas con queso y pernil a la brasa. En horas pico los fines de semana hay que tener paciencia con el servicio. Pero la espera vale la pena. La opción de tamaños de cachapas se ajusta a diferentes apetitos. Las bebidas son deliciosas, sobre todo las combinaciones.