Este restaurante desató una tendencia de franquicias de comida italiana que ofrecen lugares amplios, cómodos, agradables y comida rica, abundante, que se pueden visitar para almorzar un día de semana o para una ocasión especial un fin de semana. Este en particular tiene una ubicación envidiable, es muy espacioso, lo que ofrece una experiencia tranquila, apacible. La atención es la típica de estos lugares; bastante rápida, con mesoneros atentos a cualquier orden, y un capitán con actitud experta que ofrece recomendaciones que a veces no están en el menú. Las pizzas en horno de piedra, de masa fina, son el plato más pedido y las pastas en general son platos que satisfacen tanto por sabor como por tamaño. Debido a la gran variedad de opciones similares en la ciudad, ha quedado prácticamente solo para habitantes de la zona.