Muy a pesar de los años de este restaurant, sigue siendo un ícono en la Castellana y por supuesto de Caracas, atención personalizada, buen ambiente, tiene dos, uno bailable con música y otro para conversar en la intimidad silenciosa del mismo. El mero en todas sus presentaciones es su gran bandera y tenemos que aprovechar que llegó la temporada de la langosta para comerla en todas sus formas. Como dice su slogan la embajada de los mares en Caracas, siempre lo visito