La comida es fantástica. Es difícil conseguir en Caracas quien prepare gnocchi rellenos y esta gente los hace muy buenos, al igual que el resto de sus pastas y carnes que probamos. Me dijeron que son originarios del norte de Italia, por lo que manejan muy bien las pastas rellenas. Lo malo de este restaurante es que siempre se hace cola, la operacion es lenta, no abre los domingos ni festivos y tiene un horario restringido. Deberían tener más personal atendiendo las mesas, ya que se genera mucha presión por la cantidad de personas y el comensal se siente desatendido. La buena comida hace olvidar un poco este detalle. Prueben el postre de ciruela que es excelente!