El restaurant pareciera que se quedo en el pasado, mesas y sillas viejas y una decoración sin mayores cuidados. El servicio mejorable sin duda. Cuando vamos a su cocina, la cosa cambia para volverse muy destacada. Recomiendo un plato de degustación para apreciar distintos sabores, además de sus exquisitos panes al vapor rellenos de auyama...., sublimes! Su arroz especial me pareció especial. Sobresale del resto de la comida china y, como siempre lo dicen, el restaurante estaba muy concurrido de autóctonos comiendo en familia. Esto dice algo bueno!!!