Prana es de uno de esos lugares que te sorprende desde el inicio. Mi esposa y yo llegamos a él por recomendación de amigos veganos. No soy el más amante de esta tendencia, pero los platos de Prana son excelentes. El local, a pesar de ser pequeño, es muy agradable. Traten de pedir para llevar y tengan en cuenta que la comida puede acabarse ya para media tarde.