De inicio a fin, este sitio es de otro mundo. El clima y ambiente son geniales, puedes deleitar la vista si vas en la tarde con el mar, la neblina y el picacho. El traslado es un poco largo desde el teleférico pero nada para preocuparse. De entrada probamos el tartar de atún que estaba excelente y bruschetas capresa muy buenas. El risoto sobresaliente y la pasta grota a pesar de no tener el jamón serrano que nos ofrecieron, fue muy muy buena. Los postres no estuvieron tan buenos, la tres leches normal, un poco seca y sin las tres leches en la preparación; el brownie llegó con mezcla de helado de fresa, chocolate y vainilla que duró mucho servido y estaba aguado. Los mojitos, es el segundo lugar donde consigo unos de calidad superior. La atención es muy buena y amable. Vale la pena conocer este lugar.