He tenido una grata sorpresa con este restaurante. Ubicado en el centro de caracas en un lugar bastante escondido. Al pasar, es una típica casa colonial, con una fuente y un jardín en el centro. Al seguir, sales al patio donde esta el restaurante al aire libre junto con sillas y mesas para leer. La comida estába espectacular. Algo tan sencillo como una pasta a la boloñesa, sabía a gloria. La pasta cocinada en salsa pesto, al dente, perfecta. La salsa boloñesa en su punto, perfectamente aliñada. El risotto con hongos excepcional, los champiñones frescos y un sabor excelente. Sin duda voy a volver.