Lo más destacado del lugar es su colorido y simpática decoración. Con tanta explosión de color uno se ve tentado como un niño a degustar los sabores allí expuestos pensando en la posible sintonía entre ambos. Pero no, sólo la primera es destacada con creces. Le falta mucho para tener buenos helados ya que las esencias y químicos anulan su verdadera razón de ser. No te dejes seducir por la vista, prueba primero y verás.