Siempre es una grata experiencia regresar a Guardaviñas y disfrutar del menú especialmente creado para los visitantes. En esta ocasión los platos estaban inspirados en la cocina francesa, pero con el toque local que los hace un deleite al paladar. La sopa de cebolla fue una excelente entrada con el queso blanco venezolano. Siguió el asado negro sobre puré de batatas, el postre fue una torta que llevamos nosotros, pero a la final Alonso compartió un exquisito creme brulé. Alonso es el dueño y chef del espacio. Siempre presente.