Sorprendida gratamente con este lugar escondido en el centro de Caracas! La casa donde se encuentra ubicado es bellísima. Es una terraza bastante agradable e informal. Luego de comer, el lugar ofrece lugares para la lectura y demás. El pabellón criollo es espectacular, en cuanto a sabor y presentación. Así mismo, el casabe que te colocan para picar merece atención especial. Ir prevenidos con el tema de la estacionada, no es cómoda ni fácil.