Desde el primer bocado inició mi frustración. No es posible que un ceviche se sirva casi seco, sin su leche de tigre. El resto de los platillos muy bonitos presentados pero de sabor muy lineal sin nada de éxtasis. Lo único intachable es la hermosa casita en pleno centro de Caracas que te conecta con la naturaleza y nuestras raíces históricas.