Terrible ver un sitio con la vieja práctica de mercadeo en la que te colocan en la mesa diferentes productos, cuando tocas uno te saldrá en la cuenta. Es una vergüenza ver este tipo de mercadeo que ha desaparecido en el mundo entero. Las carnes no fueron gran cosa, el servicio fue regular, el mesonero solo aparecía por el whisky, fue como ir a un taller de mecánica para que te saquen el dinero. EL ambiente es bastante agradable.