Perfecto... Sé que nada lo es pero la experiencia en este restaurant roza con ese verbo, si combinas una atención de primera con un corte de carne suculento y un ambiente con luces tenues sumamente acogedor el resultado es Barako, la atención impecable solo tenía que voltear y uno de los mesoneros llegaba, quiero destacar un detalle y es que cada mesonero tenía un Earpiece con lo cual la nada se les escapaba, nunca escuche a los mesoneros hablar más que para atender a los comensales, la comida sin desperdicio todo estaba en su punto la carne estaba marinada como con sal de trufas y ajo lo necesario como para acariciar el paladar sin ser demasiado fuerte como para opacar el sabor de la carne, un ambiente perfecto para una reunión de negocios o una celebración familiar, también es íntimo así que si la ocasión es romántica es una opción adecuada también. Ampliamente recomendado