Excelente restaurante, el ambiente es muy tranquilo con un pianista en vivo y una decoración parecida a la que vimos en la película Titanic. El servicio muy eficiente, es constante la atención de meseros y de los pocos restaurantes donde el chef sale y pasa por las mesas. La comida es deliciosa, en cuestión de presentación y sabor son 20 puntos. No pueden dejar de pedir las ancas de rana.