Dicen que a la tercera va la vencida y esta vez lo logré. Me habían hablado tanto de este sitio que la curiosidad me mataba. Eso sí, deben estar dispuestos a hacer cola afuera y a conseguir un puesto de estacionamiento en otro lugar. Dicho esto, valió la pena, un menú sencillo pero ya afinado, buen precio y excelente sabor, una pequeña trattoria con ambiente familiar.