Comida italiana de buen sabor, porciones entre justas y algo reducidas y con postres que resaltan en calidad. Servicio amable y bastante rápido, para una espera por los platos de unos 10 minutos. Precios rondan los 15$ por comensal, con plato principal y bebida. El lugar, aunque innovador en su concepción de mesa única y cocina integrada, forza a estar codo a codo con extraños y con un nivel de ruido y falta de privacidad que disminuyen la calidad de la experiencia.
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