Un lugar juvenil, bastante informal, el concepto de comida Thai con japonesa a mi entender es acertado, probé el plato de tallarines Salawati Katsu, la porción es generosa y con bastante proteína, lástima que la salsa estaba extremadamente dulce, probamos unos roles tempura y fueron un 13/20 sin duda aceptables, noté fallas en el local, el aire acondicionado no funcionaba bien y hacía mucho ruido, parece que están dejando a un lado los detalles más importantes de un restaurante, deben darle mejor mantenimiento, visitaré el nuevo local en el Sambil de la Candelaria, sin duda allí la pasaremos mejor.
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