Fui a visitar este restaurante con mi esposa al ver las buenas reseñas. Lamentablemente así como entre salí. Me recibió una chica con muy pocas ganas de atenderme, además de ser ubicado en un lugar bastante aislado del restaurante, esto a pesar de mi insistencia con la chica al hacer mi reserva y especificarle claramente que no quería ser aislado por ir en pareja. Este restaurante tienes un sitio oscuro al final del mismo que no es nada agradable por ser muy pequeño y en mi caso sentir claustrofobia. Pedí de entráda un carpaccio al que no tengo nada que criticar se sentía muy bien balanceado, aunque no soy amante de la alfalfa. En este pequeño espacio donde llegué fueron ingresado más parejas que no se veían nada cómodas por el encierro. Pedí par de cervezas que no estaban disponibles para los comensales debido a que solo ofrecen una cerveza italiana. Posteriormente me dispuse a efectuar una llamada y para mí sorpresa no había señal en este sitio para ninguna de las operadoras que uso. Lamentablemente entre la claustrofobia, mala atención y no tener señal terminé mi carpaccio y abandoné el lugar donde nunca me sentí cómodo.