Muy buena cocina, de lo que pudimos probar; unos Scargots bien creativos, con un pan de masa madre de primera; el Turnedó Rossini de primera, remembranzas de nuestro querido Aventino! Los platos principales sin contorno; limitada oferta de vino, pero con buenos franceses, y a buenos precios. El Servicio si falla, son pocas mesas (10) para un par de mesoneros, y nadie recibe al entrar.
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