Un lugar bien cuidado pese al impacto de los años, la atención es buena y saben explicar la carta permitiendo algunas variaciones según el deseo del comensal. Las porciones son pequeñas para lo que uno se ve acostumbrado en las comidas Mexicanas, lo crujiente de las tostadas son exageradas y se rompen con facilidad. La afluencia es poca para no decir nula, desde las 5pm hasta las 7pm solo una mesa ocupada.
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