Heladería con una variedad interesante, entre feudales tradicionales, hadas cremosos heterodoxos, que hacen difícil el momento de decidir cuál de los sabores a elegir. Barquillas cremosas, de tres tamaños, con posibilidad de consumir de 1 a 3 sabores, con una calidad buena. El servicio es educado y rápido. El lugar, que no destaca por comodidad, tiene un doble ambiente que se va quedando corto para el nivel de demanda, por lo que es aconsejable llegar en momentos de baja concurrencia para poder disfrutar la visita con tranquilidad.

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