Local pequeño pero muy acogedor, muy bien ubicado y con estacionamiento propio a 20 metros muy importante en esta zona. La atención es bastante buena, equipo de antaño bien conocedor de su labor, preparados, amables y educados. La comida no me sorprendió tanto. Aunque si siempre tuvo buena fama, unos platos contundentes como los Callos a la Madrileña y las Camiguanas en revoltillo, no tanto el Cochinillo ni los pimientos y tampoco la tortilla.
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