Cocina italiana muy bien lograda. Variedad de pastas, en especial con frutos del mar y en muchos casos con bases blancas. Raciones generosas, presentançion de los platos bien logradas, difícil equivocarse con la elección. Punto a corregir, la sal. La atención bastante buena, aunque la mayoría son muchachos bastante jóvenes se nota que tienen formación, que se hace trabajo de adiestramiento, lo que se denota en la calidad del servicio, amables, conocedores de lo que ofrecen y muy educados. El ambiente alusivo a la Toscana, mucho ladrillo rojo, luces se feria de pueblo, un poco encerrado el local lo que lo hace muy bullicioso pero animado, no muy romántico. Los precios consonantes con las raciones que son oprobiosas, en resumen repetiría la experiencia de lugar a dudas.

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