No imaginaría que el lugar conocido por sus cheesecakes destacaría en un plato salado de muy buena manera. Llegué sin mayores aspiraciones, pero impresionó positivamente el lomito en salsa Strogonoff: jugoso, suave y bien condimentado. Porciones entre normales y escasas si se va con gran apetito. Precios en la línea entre estándares y un poco altos. Servicio educado y rápido. Lugar que se vuelve ruidoso y un poco caótico al mediodía. Quedo con razones para regresar.
1 Me gusta