Extraño realmente su sede en Altamira, la calidad y servicio. La de la Alameda, que es la que funciona, es un sitio bastante aceptable pero no sobresaliente. El crossaint simple y de almendras , muy deficiente, no tenía sus capas diferenciadas del hojaldre levado, le bajaron notablemente el % de materia grasa ( mantequilla). El pan y la caracola de chocolate fueron las mejores propuestas en sabor, presentación y frescura. El café bueno, exceptuando la leche que usan, que le resta sabor a la preparación. El ambiente muy simpático y precios razonables. Esperemos que de ahora en adelante trabajen el hojaldre y los crossaint con amor del bueno. Insisto, ojalá.
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