Por primera vez desde que comenzó la pandemia. excelente como de costumbre, la misma gente, los mismos placeres. Compartimos una cazuela de mariscos, se salvaron las conchas de los mejillones. La salsa al tomate desapareció, conjuntamente con uno de los mejores panes de Caracas. Fue justamente el día del clásico Madrid-Barcelona. Nos fuimos antes de comenzar el juego, iba a ser incómodo ser uno de los pocos hinchas del Barca en medio de tantos madridistas, y además perdieron 4-0. Super recomendable, nunca te deja mal.
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